...cada vez que cambia el semaforo

Mira que nos cuesta levantarnos por la mañana!
Cada día te convences de que te vas a levantar deprisa y diligente sin perder esos 5 minutos que luego te hacen ir de cabeza.. y te engañas con mil excusas y te planteas mil cosas y sobre lo dura que es la vida y esta nueva exclavitud del siglo XXI...

Hace días que hay un hombre nuevo pidiendo dinero en el semaforo de ventas. Debe tener unos 60 años, aunque puede que menos. Lo que me ha llamado la atención en especial de él esta vez, es que no hace nada especial tipo espectáculo, ni vende cleenex, ni te limpia el cristal ni nada; ni siquiera te presiona para que le des dinero, simplemente pide, con una cara de resignación y de tristeza que te dan ganas de darle algo y todo...

Y en medio de todo esto, de repente, me vino el pensamiento a la cabeza de que cada vez que el semaforo se pone en rojo, a él le debe costar tanto reanudar su ronda de pedir cómo a nosotros levantarnos cada día... y el semaforo se pone en rojo muchas veces cada hora...