Esto no es plan

Hace días, por no decir meses, que me siento encerrado tras las rejas de mi propia agenda. Son tantas las cosas que quiero hacer, gente con la que quiero quedar, y sitios a los que quiero ir que al final lo que ha de ser un placer se convierte muchas veces en una especie obligación contrareloj y acabo estresado corriendo de un lado para otro sin tiempo siquiera de disfrutar aquello por lo que estaba ilusionado.

Hay que recuperar el factor sorpresa; tener la oportunidad de hacer lo que apetezca en cada momento, de improvisar. Hay que recuperar la capacidad de estarte tirado dos horas en el sofá si te apetece de repente...

Pero tengo un plan: voy a empezar a desplanificarlo todo lo máximo posible. Voy a cambiar el "tengo que hacer" por el "quiero hacer" o mejor aún, por el "me gustaría hacer". Voy a intentar que las cosas fluyan y aparezcan y desaparezcan de mi vida con libertad, a sus anchas... no se por qué me temo que la agenda acabará igual de abarrotada, pero por lo menos ¿conseguiré cambiar el enfoque?.