Pequeñas fábulas urbanas
(bienvenidos a esta nueva sección de historias quasi-reales y paranoias varias)
érase una vez un joven muchacho, un actor, que estaba un poco rellenito. Resulta que en la ciudad se empezó a representar un musical y lo escogieron para un papel que requería eso, unos kilitos de más.
A medida que las representaciones avanzaban, el éxito iba creciendo y creciendo, por lo cual los promotores del espectáculo decidieron doblar el número de sesiones diarias.
Los actores se cambiaban a ritmo frenético, danzaban, corrían, cantaban, gritaban el doble que al principio. Tanto fué así que el pobre actor rellenito, dejó de serlo tanto debido a tanto trajín y al final perdió su trabajo porque ya no daba el tipo para el papel.
8 Comments:
Pobre chico.. ¿porqué no se comía 12 donuts diarios? eso no hay trajín que lo resista...
prefiero estar parado y delgado que con trabajo y rellenito... Seguro que ahora folla mas
C'est la vie!
ejem !! viernes...
Sky, dale tiempo, que el chico estará a punto de parir otra obra maestra de los viernes...
¿no sería un bailarín rellenito de Mamma Mia con piercing umbilical? Porque cuando yo lo vi me dije yo a mí mismo: "Todavía puedes triunfar en Broadway, las barrigas están de moda"
¿PEro puede haber gente tan tonta que opine en esta página? No creo, porque lo que es yo, al menos, no existo.
comenzaste a existir en el momento de escribir, q no queras existir es otra cosa.
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