¿el tren equivocado?
Hoy he salido a cenar con mi amiga N. Nos hemos puesto al día de nuestras cosas como es natural y hemos cenado lo que se dice bastante bién. El caso es que a la vuelta (hoy había huelga de metro, aunque yo la verdad ni lo he notado) me ha pasado algo muy curioso mientras venía leyendo el libro que me regalo sky en el vagón...
Llegamos a una parada y se baja alguna gente (lo normal, vamos), el tren se demora unos minutos hasta que suena el pitido que avisa de que se van a cerrar las puertas, y llega una chica corriendo y se sube.
Hasta aquí todo normal, ¿no? pues agarraros al ratón: resulta que esa chica es una de las que se había bajado dos minutos antes despidiéndose de otra amiga suya que todavía seguia en el mismo vagón y a mi lado y ésta última la grita: pero dónde vas, que aquí no es!...
Osea, vamos a ver: El despiste de la gente puede llegar a límites insospechados. Te bajas de un vagón y a los dos minutos te crees que has hecho un trasbordo (o qué se yo¿?) y te vuelves a subir al mismo!... y encima su amiga lo ve como algo de lo más normal, ni se descojona ni nada, simplemente la avisa...
Yo alucino, claro, con el punto al que puede llegar el despiste de algunas personas, y me pongo a pensar en que a mi nunca me ha pasado esto ni me pasará (supongo) porque siempre tengo que saber no ya si es el tren adecuado y el anden, sinó que llevo revisado de antes cual es la siguiente parada, la que va antes de la que me bajo pa estar preparao y cuantas hay en total... vamos que como pa lanzarme así alegremente a subirme en cualquier tren que se me ponga delante.
Lo malo de esto, es que no es sólo en sentido literal, sinó que en sentido figurado en mi vida también me pasa. Me preocupo no ya de lo que tengo ante mis ojos, sinó de las tres piezas de dominó más para delante de la que está cayendo en este momento... y eso, creo que ya no es tan ventajoso.
3 Comments:
Pues yo entiendo y justifico completamente el comportamiento de esas dos chicas. Si nadie reivindica el primer puesto, diría que soy el tío más despistado de Madrid, por lo menos.
A mí el despiste me parece una cosa muy bonita, como muy romántica.
Me encanta lo que has dicho del dominó, pero no me parece bien, eh.
Pues a mí al principio me hace gracia, pero luego me ponen de los nervios los despistaos éstos... con lo cuidadoso que soy yo, te meten en unos líos... (weno, el cósi no)
Todo es cuestión de medida, ke dijo Rocco Sifredi.
Publicar un comentario
<< Home