Pequeñas fábulas urbanas 2

Éranse cuatro amigos ya mayorcitos, que cansados de vivir con sus padres, decidieron un día buscar una solución para sus necesidades hogareñas mientras estaban en una de las sentadas de los domingos en la puerta del sol.

Resulta que todos querían irse a vivir fuera del hogar paterno, pero ninguno tenía ni la pasta suficiente ni una pareja con la que dar el salto compartiendo los gastos.

A uno de ellos se le ocurrió un método fantástico para poder acceder a sus sueños visto como estaba el mercado inmobiliario: entre todos juntarían toda la pasta que pudieran para la entrada de un piso con 4 habitaciones y pedirían un crédito. Vivirían allí unos años pagando la letra entre todos y mientras aparecía en sus vidas la persona de sus sueños. Cuando el valor del piso se incrementase y lo puedieran vender a un precio mayor, con la diferencia cada uno podría en solitario o con su correspondiente pareja dar la entrada para su propio piso.

Todo esto encantó a todos, que emocionadísimos, no hacían más que elogiar su idea. Hasta que se presentaron en el banco los cuatro, y ante su atónita mirada, el director se empezó a descojonar en sus propias narices.