No se compra

Hay cosas que no se pueden comprar, o son gratis, o no son; y muchas veces las cosas que más valen son las que menos cuestan. Esto va de eso, de las pequeñas cosas, de leer entre lineas y por su puesto, claro, de mi visión de las mismas.

27 septiembre, 2006

De dónde venimos y dónde vamos



El mismo calorcillo. La misma hora al anochecer. Muy parecida luz. El mismo viento a veces fresco, a veces cálido, con olor a no sé qué... ¿Cómo es posible que todo esto nos parezca tan distinto si ocurre en septiembre o si ocurre en mayo si realmente todas estas cosas son muy muy parecidas en las dos épocas del año, así tomadas, aisladamente?

Cuando llega la primavera venimos de una época de frío, estamos deseando despojarnos de nuestra segunda capa de ropa y tenemos mil planes en la cabeza, energía plena para derrochar y todo el verano por delante.
Sin embargo cuando llega el otoño estamos agotados por las vacaciones y la vida noctura y fuera de casa, y nos espera el frío invierno, nos dirigimos hacia las fiestas navideñas y el cambio de año y lo que queremos es sacar pronto la ropa de invierno y recuperar la vida hogareña, cambiar las terrazas por las discos y bares...

Supongo que será todo esto lo que hace que vivamos de forma totalmente diferente las mismas condiciones ambientales y meteorológicas, lo recientemente vivido y nuestras expectativas a corto plazo. Ya sabéis, aquello del color del cristal.

5 Comments:

At 16:52, Anonymous Anónimo said...

Puede ser.. pero mientras aquí en Sevilla sigamos achicharrados no quiero oir hablar de otoños inexistentes...

 
At 18:12, Anonymous Anónimo said...

Uff, yo creo ke sí son muy diferentes Mayo y Septiembre. Es otra luz, es otro clima, es otra sensación. Las noches, sobre todo las noches son muy diferentes.
Eso sí; no elijo ninguno; me kedo con los dos.

 
At 10:21, Blogger Cosimo said...

Yo también me quedo con los dos. Es cierto que todo está en el cristal con que se mire: para mí, a veces, septiembre es un nuevo comienzo en toda regla que estoy deseando abordar y mayo el principio de una fiesta para la que no me apetece arreglarme.
No sé, algo traerá ese viento con olor a no se qué que hace que en esas dos estaciones se produzca el mayor número de depresiones.

 
At 10:35, Anonymous Anónimo said...

Veámoslo desde otro cristal: el de la ropa. LLega la primavera y ¿qué te espera?: Bermudas, chanclas, camisetas (para las más atrevidas hasta sin mangas),pantalones piratas... Vamos, un horror!!
No como en el otoño, que llegas a cualquier tienda y te están esperando jerseys, bufandas, abrigos, chaquetas... Ummm qué gusto...

 
At 18:47, Anonymous Anónimo said...

pues aquí venimos a poner la nota de color y es que miren vds, yo me tiraría todo el año con "el pareo puesto" y tan feliz, oigan!.

odio la navidad, me resfrío, que coño resfrió! enfermo, engordo, me acurruco entre mantas y me niego a salir a ningún sitio: con lo calentito y cómodo que esta uno en casa (como en ningún sitio, miren vds!)

en cambio me encanta pasear en verano, se pone uno cualquier cosas y a la calle, a ver piernas (sin depilar preferentemente) de chicos en pantaloncitos cortos. los amigos que vienen de lejos, los festivales, las fiestas, las noches, la playa, o Dios, sobre todo poder bañarse en la playa, se nota que vds viven lejos del mar, se nota.

 

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