Otro post de vacaciones en Paris

Buenas! ya estamos de vuelta...

¡Es verdad! yo mismo me lo llevo diciendo estos dos días, tengo que hacer un post sobre el viaje a París; es algo que pasa sólo una vez en la vida por primera vez (valga la redundancia) y esta es la mía.

Lo voy a hacer a pesar de que a estas horas todavía no he terminado el trabajo de hoy y de que la jornada partida "parte" a cualquiera... a pesar de que coxis y cosimo ya nos han hablado de la ciudad y sus visiones; a pesar también de que los post resumen de las vacaciones suelen ser eso, post resumen de las vacaciones y además ya estamos un poco fuera de temporada, pero bueno, allá vamos que además lo he y me lo he prometido, y a ver si somos capaces de retomar el tema otoñal de replanteamientos varios incluido el blog de una vez!!

Volvimos cansaos, pero cansaos cansaos! (y con heridas en el pié derecho).
Aquello es grande de narices, pero no grande en términos absolutos (qué también lo és) sinó grande y con las cosas como muy separadas. Calles gigantes, plazas gigantes, espacios abiertos enormes...
Tu te pones a andar pensando que esto esta cerca de esto otro que ya conoces y donde vas esta cerca de eso último; pero a medio camino te das cuenta de que has andado ni se sabe y que ya tampoco es cuestión de coger el metro o el bus porque total ya estas "al lado"... llegas a donde ibas ya literalmente destrozado... (esto puede que sea también un poco cosa nuestra, la verdad ;-))
Es grande también en cuanto a museos, por ejemplo el Louvre: tu llegas allí pensando en verlo en un par de horas porque como vas 4 días quieres ver muchas cosas y cuando te das cuenta llevas allí metido toda la mañana... que si qué bonitas o por lo menos curiosas en cuanto a decoración y variedad las salas, que si qué grande el "corredor" este famoso, que si foto en la piramide de cristal... vamos que no, que el tiempo vuela en esta ciudad que aparte del amor y la luz a nosotros nos ha parecido la cuidad del reloj también ;-)

Me ha gustado, o por lo menos me ha impresionado. Igual no la escogería como ciudad favorita, pero tiene su personalidad y desde luego ¡hay que verla!.
Me he sendido desbordado todos y cada uno de los días que hemos pasado allí. La veo sin embargo como poco práctica, quiero decir, que es todo como desproporcionado, aunque bien es cierto que ahí reside parte de su encanto: esas aceras enormes para pasear por ellas en los bulevares con todas sus terrazas al atardecer no tienen precio.

Lo que más me ha gustado ha sido la Torre Eiffel por supuesto y Montmartre.
La primera por su -iba a decir majestuosidad, pero esta como viejita y no es muy lujosa osea que no- presencia propiamente, ya que es un "vestigio" de la exposición universal por lo visto y actúa simple y llanamente como un mirador de la ciudad, que la verdad merece ser mirada; no tienen una utilidad especial, una coartada para estar ahí, y eso sorprende, y sigue sorprendiendo cuando se divisa desde varios puntos de la ciudad e incluso desde el avión a la vuelta en plan despedida melancólica.
Y el segundo porque sí.

Y lo que menos la mega-aglomeración turística en torno a Notre-Dame, la Gioconda, y otros enclaves similares (por no citar a la gente haciendo fotos con y sin modelo y con flash a los cuadros más famosos). La verdad es que entiendo perfectamente a los parisinos si optan por ignorarnos totalmente e intentar disfrutar a su rollo lo poco que les dejamos de su ciudad...

Sin embargo creo que la ciudad, los parisinos y todos en general resistimos y sobrellevamos todos los momentos de agitación gracias a esa contrapartida en lugares especiales e instantes de tarnquilidad que hacen que respires por un momento oxigeno puro para el alma y encuentres un segundo de paz, y para eso París también tiene muchos rincones.

Aquí os dejo unas fotos. (Estoy deseando tener un poquitín más de tiempo para ver qué os contáis vosotros...)